Diario de un viaje a: Gran Canaria (Segunda Parte)

Hola chicas, ¿qué tal? Espero que disfrutando del fin de semana, el mío el último oficialmente libre hasta… buf! ¡Ves a saber cuándo! Y es que el lunes empiezan las dichosas clases, clases que se han pagado pero bien, este año se han pasado 3 pueblos no, lo siguiente.

Hoy seguiré y acabaré con nuestra ruta por Gran Canaria, me alegro mucho de que os haya gustado este tipo de entradas y es que he pensado que cada vez que salga de viaje por qué no compartir con vosotras mis itinerarios, mis opiniones y las mejores instantáneas.

Así que… ¡continuemos!

Después de un día agotador de montaña queríamos descansar un poquito, así que decidimos que la ruta del día la dedicaríamos a algo más tranquilito y relajado, la ocasión perfecta para visitar Las Palmas, capital y centro comercial de la isla.

Cogimos el coche en dirección la Playa de las Canteras, la playa más famosa, turística y urbana de la isla catalogada como una de las mejores playas de España. El paseo es largo, de unos cuantos kilómetros y tiene su fin en el Auditorio Alfredo Kraus. En mi opinión no es una playa tan especial como para ser tan destacada, no le encontré nada que la distinguiera mas el hecho de su limpieza pese a estar en capital de provincia, pero ésta es sólo mi opinión, sé perfectamente que es una de las playas más queridas por los habitantes de Gran Canaria y por muchos otros turistas europeos.

Estuvimos muy poquito rato por allí así que pusimos rumbo a dos de los barrios más conocidos de la capital. El barrio de Vegueta y Triana centro histórico y comercial respectivamente, muy cercanos el uno del otro separados por unas escasas calles. En el barrio de Vegueta encontramos la catedral de Las Palmas situada junto a la Playa Mayor de Santa Ana  y muy cercano a ésta encontramos la Casa Colón con su museo, de acceso gratuito y con muestras del paso de Colón por Canarias en su viaje en busca de las Indias, así como también maquetas de las naves que viajaron junto a él, mapas y una recreación del propio camarote de Cristóbal Colón. En el barrio de Triana y centrado en una misma calle mayor encontramos todas las tiendas comerciales de las cadenas más conocidas del momento, nada que no encontremos en cualquier capital del momento.

 

 

Por la noche fuimos a celebrar el aniversario de mis padres a los concurridos restaurantes que encontramos días anteriores en Playa del Inglés, restaurantes que sin embargo sí que os recomiendo porque a pesar de esta en primera línea de playa su precio no es demasiado elevado y se come estupendamente.

Al día siguiente pusimos rumbo a Puerto de Mogán el puerto pesquero más conocido y pintoresco de la isla. Para ir a Puerto de Mogán decidimos ir en barco desde Puerto Rico, una localidad muy turística desde donde salen la mayoría de barcos de paseo. En Puerto Rico puedes encontrar tanto barcos de paseo que te llevan de una playa a otra, como barcos de pesca en altura, de deportes acuáticos o barcos que salen más afuera y te llevan a avistar delfines y ballenas. Nosotros nos decantamos por las líneas Salmón que por el módico precio de 10€ por persona nos llevaban a Puerto de Mogán y nos traían de regreso una vez ya hubiéramos visitado la zona. El trayecto duró aproximadamente 1 hora y lo hicimos en un ferry desde el cual nos encantó poder reconocer muy de lejos el pico del Teide.

 

 

Una vez llegamos a Puerto de Mogán nos encontramos con un pequeño pueblo pesquero y muy pintoresco de aguas cristalinas y pequeños canales, por ello también es conocido como la pequeña Venecia.

 

Queríamos pasear por su famoso mercadillo y ¡en mala hora nos metimos ahí! Hacía un calor increíble, el paseo se hizo eterno, estaba abarrotado de turistas como nosotros y mucho más de turistas extranjeros, los puestos estaban muy pegados los unos a los otros, no corría ni un gramo de aire y encima no encontramos nada que nos interesase! Quise hacerle una fotografía antes de entrar al mercadillo y de repente me aparecieron estos abuelitos tan typical guiris, así que ahí se quedan!

 

 

Y mientras esperábamos nuestro ferry de regreso y un poco más aliviados del calor unas pocas ego-instantáneas más!

 

 

Por la tarde no apetecía salir a ningún sitio, así que como nos daba la sensación de no haber disfrutado mucho todavía de la zona nos fuimos a hacer un poco el ganso por Bahía Feliz y así aprovechar aquel día en que mi brazo se portaba mucho mejor conmigo.

 

 

Nuevo día y última ruta que quedaba en nuestras vacaciones, y menudo día el que pasamos… para ser el último creo que todos coincidimos en que fue el peor de todos. Queríamos visitar el Parque Natural de Tamadaba un espacio natural y protegido en el que esperábamos encontrar el verdor que habíamos anhelado durante todo el viaje. Para acceder a él decidimos escoger la ruta norte aconsejados por el dichoso Google Maps y así también visitar la zona de la isla que aún no habíamos visto.

Al principio todo era muy bonito, por la autovía se iba muy bien y las vistas del mar eran inmejorables pero cuando acabó la autovía… ya no nos gustó tanto. Curvas, curvas y más curvas, acantilados por aquí y por allá, gente loca con el coche a toda velocidad, en definitiva que si sois de los que os mareáis no escojáis esta ruta, yo he de reconocer que iba con el corazón en un puño. Después de unas cuantas horas de trayecto llegamos arriba de la montaña (que después habría que bajar para continuar el camino) encontramos este bonito mirador llamado El Balcón, en la foto no se aprecia pero impacta bastante por el aire que hace.

 

Según teníamos entendido debíamos llegar al pueblo de Agaete para tomar la carretera que conduce al Parque Natural de Tamadaba. Estábamos bastante perdidos porque una vez llegados a Agaete no entendíamos que estuviéramos en un pueblo situado a orillas del mar cuando nosotros debíamos ir a la montaña. Paramos y preguntamos en una gasolinera y nos indicaron por dónde debíamos ir pero también nos dijeron que la ruta que habíamos tomado no era la buena, sino que era todo más sencillo si hubiéramos subido desde la carretera que conduce al Nublo (sí, sí, donde aquella roca gigante, la rana y el fraile).

Estábamos allí y no había alternativa. Si la carretera de antes nos había resultado cerrada y tortuosa ésta déjala ir. En esa carretera sólo cogía un coche (ojo si te encontrabas uno que venía de cara), curvas que quitaban el hipo y unas pendientes que ahogaban hasta al mismo coche. Realmente si que íbamos acongojados. Y después de un larguísimo trayecto y de ver los estragos que puede hacer la sequía en la naturaleza llegamos a Tejeda donde encontraríamos por fin el cruce que conducía a Tamadaba.

Un poco más verde sí pero qué decir que no había ni rastro de todo lo que habíamos visto en las fotografías de turismo de Gran Canaria. Os diré que después de todo, simplemente bajamos del coche, hicimos un par de fotografías y decidimos tomar el camino de vuelta.

 

Tuvimos un último día de viaje un tanto desastroso, y realmente no nos quedó muy buen sabor de boca respecto a la isla y es que nada era como creíamos que sería, nada es como te lo venden en las páginas de turismo, entiendo que nadie tiene la culpa de ello pero creo que también hay un problema grave con el uso del agua.

Realmente la sequía está causando estragos en Gran Canaria (o al menos es la percepción que tuvimos nosotros) pero algo que no llegamos a entender es cómo pueden estar pasando esa falta de agua tan importante y sin embargo mantener tantos campos de golf. Hace unos años yo recuerdo que cuando aquí tuvimos aquella sequía tan importante, se prohibió que se llenaran las piscinas, fue la primera medida que se tomó, entonces cómo puede ser que allí, donde saben que las lluvias no abundan, puedan mantener esas hectáreas tan verdes con sus piscinas y lagos artificiales llenos mientras en los pueblos hay falta de agua. Es una pregunta retórica. Simplemente algo que por mucho que me excusen no lograré a entender porque otra cosa no, pero campos de golf hay para dar y regalar.

En resumidas cuentas, qué os podría aconsejar yo sobre esta isla: primero de todo, no os aconsejo visitar esta isla en verano (se puede ir perfectamente en otra época del año y disfrutar también del sol); en segundo lugar, asegurar mucho vuestras rutas y no ir a lo loco buscando caminos porque gastarán mucho tiempo en carretera; en tercer lugar, no contéis con encontrar zonas recreativas o de picnic por las carreteras porque no las encontraréis y si encontráis una parad; y en cuarto lugar pero no por ello menos importante, no olvidéis de ir bien equipados de agua, protección solar allá donde vayáis y el depósito del coche bien provisto de carburante. Eso es todo.

Y ya para despedirme os dejo con esta instantánea de mi chico y mía en el último día de viaje que pese a que las vacaciones acababan y estábamos tristes por tenernos que separar, en realidad estábamos contentos porque yo estaba mucho mejor y como habéis visto en las últimas fotos podía ir mínimamente con el brazo suelto y después de un mes podíamos volver a darnos un reconfortante abrazo.

 

Nuevamente espero que os haya gustado este diario viajero y ya sabéis que si algún día decidís viajar a Gran Canaria podéis consultarme cualquier cosilla que yo estaré a vuestra entera disposición!

** ¡Muchos besitos! **