De regreso y... ZAS!

Es la 1:00 en el reloj de mi habitación cuando me dispongo a escribir este texto pero es que mis ganas por regresar, mis ganas por escribir y mis ganas por compartir con vosotros todo lo ocurrido en el último mes me hace que ni el tiempo ni el cansancio del día importe.

 

Más de una y de dos cuando hayan leído el título a este post habrá pensado a esta pobre chica se le ha ido la cabeza y quien lo haya pensado no iba muy mal desencaminada porque entre el porrazo que me di, las horas de descanso y reflexión que he tenido y el puntillo alocado que siempre he tenido pues no se equivoca mucho.

 

Pero venga va, menos rollos y más chicha. El título a este post viene por una razón muy sencilla explicaros mi ausencia en este último mes por estos lugares justo cuando el blog había cogido el ritmillo que le hacía falta.

 

Y es que todo empezó en una bonita mañana del día 4 de agosto cuando me fui con mi familia a pasar el día al Parque Acuático de Port Aventura (voz que me dice venga Raquel que te enrollas…) todo iba bien; hacía un día estupendo, poco caluroso y muy soleado pero llegó la tarde y todo se torció. Mi chico y yo aupados por mi misma (quién me mandaría a mí meterme en estos fregaos…) decidimos tirarnos por un tobogán llamado “Las Barracudas” y ahí, justo en ese momento empezó el desastre, el ZAS de mi historia.

 

Ahora no me voy a enrollar a explicar que eso no debería haber pasado, que los responsables del sitio no cumplían con su labor, que ya me podría haber matado que allí me dejan igual porque total, tu llegas abajo, no puedes moverte, el socorrista te mira y aún así te deja allí tirada pero qué se le va hacer si la profesionalidad y la seriedad del parque deja mucho que desear. La cosa es que después de volcar en una curva, de descender vete a saber cuantos metros a la velocidad del rayo, sin poder moverme, con un dolor increíble y con mucho miedo en el cuerpo, acabé en el hospital de Tarragona con una clavícula rota y un brazo inmovilizado. Y después de 4 semanas de reposo, con la clavícula mejorada, con no sé cuántas sesiones de rehabilitación por delante y sin una respuesta de Port Aventura me encuentro aquí explicándoos mis penurias y aventuras de un modo alegre y elocuente que no podría haber usado si las buenas noticias no hubieran llegado.

 

Ay… ojalá hubieran imágenes, vídeos, algo de lo ocurrido, todo serían tan… diferente…

 

Pero no quiero dejaros con un sabor amargo y si alguna ha sido capaz de llegar hasta aquí quiero darle las gracias de todo corazón por haberme leído porque para mí es un gran desahogo, significa mucho y sé que sólo así conseguiré olvidarme de esta pesadilla que ha manchado lo que tenía que ser mi verano de desconexión, mi verano de hacer cosas y no parar, mi verano de volver a ver el mundo de color de rosa.

 

Pero… por H o por B en esta vida hay penas y alegrías, unas mayores que otras y cada uno lo vive a su manera, a veces mejor, a veces peor pero lo importante y verdadero es saber que siempre habrá alguien que querrá escucharte o saber de ti esté donde esté.

 

 

Chica débil en ocasiones, chica luchadora en otras muchas, chica mayor con 23 añazos recién cumplidos, chica que pese a quien le pese puede decir que es feliz, ¡esa soy yo!